Acariciar el alma en tiempos de ruido interior.
Hay días en los que el corazón parece correr sin que nadie lo persiga, días en los que la mente se convierte en un laberinto de pensamientos que no descansan.
La ansiedad llega como una racha de viento…
Incluso quienes caminamos por el sendero espiritual, no sabemos muy bien qué hacer con ella. Pensar que si “vibramos alto” no deberíamos sentir miedo, tristeza o confusión.
Pero el alma no niega la mente, el alma la abraza.
💫 Lo holístico no es negar, es integrar
Tenemos que entender que somos cuerpo, emoción, pensamiento, energía y espíritu. Y que cada una de esas partes merece ser escuchada con amor.
No se trata de reemplazar el acompañamiento psicológico con incienso o afirmaciones. Tampoco de decirnos que “todo es una ilusión” cuando el corazón duele y la respiración se entrecorta.
La sanación real ocurre cuando unimos el cielo y la tierra dentro de nosotrxs:
Cuando meditamos… y también pedimos ayuda.
Cuando alineamos los chakras… y también ponemos límites.
Cuando hablamos con nuestros guías… y también con nuestra terapeuta.
🌿 Algunas formas de sostener el alma ansiosa
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Respirar profundo, como si estuviéramos diciendo “sí, estoy aquí contigo” a nuestro cuerpo.
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Hacer limpiezas energéticas como abrazos sutiles al campo áurico.
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Escribir lo que sentimos, aunque sea caótico.
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Recordar que no hay que estar “iluminadx” todos los días, basta con estar presente.
Y si sientes que necesitas ayuda, búscala sin culpa.
Porque pedir apoyo no te hace menos espiritual, te hace más humana. Y lo humano también es sagrado.
🔮 Mensaje canalizado para el alma ansiosa
No estás rota.
No estás fallando.
Estás atravesando un portal.
La ansiedad no es tu enemiga, es una guardiana que avisa que algo necesita cuidado.
Respira. No estás sola.
Aquí, en este instante, la luz te envuelve.
Y yo —tu alma— nunca te he soltado la mano.

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